Una de las razones por las que me apasiona tanto la gastronomía es debido a que para mi, ofrecer alimentos al comensal va más allá de la satisfacción del hambre, al elaborar un platillo compartes una parte de ti al comensal, como digo yo: "lleva un pedacito de tu corazón". Y esa es una de las razones por las cuales prefiero la atención personalizada a la masiva.
Ahora hablar de la comida como el momento de reunión de una familia, momento de meditación, ¿qué tal su día?, consejos, bromas y amor trasmitido, además, por medio de los alimentos que han sido preparados con tanto esmero por la madre u otro miembro de la familia. Momento que amenaza con desaparecer por un estilo de vida que nuestra estructura económica y social nos ha obligado a seguir.
Pasta horneada con salsa de chocolate blanco y frutos rojos |
Pero la vista no es el único sentido que interviene, los alimentos a través del gusto son capaces de transportarnos a través de los recuerdos, de los países, de las culturas. Son capaces de modificar nuestro estado de ánimo. Nos acompañan en los mejores y peores momentos de nuestra vida y además, sacian nuestra hambre. Podemos dejar de fumar, de beber, dejar el facebook y a la persona amada; pero jamás dejar de comer.
Es todo por ésta vez, un placer!
Besos y buen provecho!